Lo prometido es deuda. Aquí va una noticia de interés para entender la reacción militar de un imperio decadente ante la emergencia de nuevas potencias en su mismo continente.
La noticia de la semana pasada está extraída del número de octubre de LE MONDE diplomatique en español, y se titula PREPARANDO EL GARROTE. La firma Adriana Rossi, especialista en implicaciones políticas y sociales del narcotráfico y las doctrinas militares. Empieza el artículo con una cita de Roosevelt, que define con precisión la actitud de Estados Unidos para preservar su supremacía en el continente americano: Para defender nuestros intereses en América Latina, hay que alternar la zanahoria y el garrote”. Después de enumerar la presencia estadounidense en Latinoamérica la autora explica que es el narcotráfico la razón oficial del nuevo despliegue, aunque apunta otros por qués y para qués del mismo. De hecho, es el propio Departamento de Defensa de Estados Unidos el que, en su Quadrennial Defense Review Report de febrero de 2010 informa que “la aparición de otros países de peso en el escenario mundial, como China e India, impulsa a Estados Unidos a afirmarse como la única gran potencia capaz de asumir teatros de guerra ubicados a grandes distancias”. El objetivo de Estados Unidos es mantener la hegemonía adoptando una estrategia de despliegue militar más barata y trazar un círculo en torno a los países emergentes del cono sur.
El artículo informa que Estados Unidos ha propuesto recortar el presupuesto militar en un 10% por motivo de la crisis económica. Si los republicanos en el Congreso aprueban la medida, esto significará congelar los ascensos y los contratos con empresas de seguridad privada, reducir el sector administrativo y eliminar el Comando de Fuerzas Conjuntas, cuya misión es entrenar y desplegar soldados provenientes de distintas fuerzas para operar conjuntamente. Ante el recorte previsto, la estrategia ha cambiado. La idea es evitar la proliferación de instalaciones militares y, mediante acuerdos, servirse de las de países amigos, a las que el Pentágono aporta mejoras y adecuaciones a las necesidades táctico-estratégicas.
En cuanto a América Latina, la asociación presupone una comunión de intereses y de objetivos. Asociación frente migraciones ilegales, narcotráfico, crimen organizado, narcoterrorismo. Los países opuestos a Estados Unidos (Venezuela, Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay) quedarían expuestos a que se cierre un círculo en torno a ellos ante la expansión militar estadounidense.
Presencia Estadounidense en América Latina. Relación de países citados en el artículo.
Colombia, 7 bases militares, más aquellas eventualmente requeridas por los estadounidenses. Acuerdo en 2009
Panamá: 4 bases aeronavales, de presunta gestión panameña. Ejercicios militares desde 2003 (PANAMAX)
Costa Rica: desde el 1 de julio hasta el 31 de diciembre de este año pueden operar 7000 marines y 46 buques de guerras, capaces de movilizar hasta 200 aparatos entre helicópteros y aviones.
República Dominicana, Haití, Costa Rica participan en la “iniciativa Mérida”, también conocida como “Plan México” contra el narcotráfico. 110 millones de dólares de ayuda. México recibió 300 millones.
El narcoterrorismo, excusa para que Estados Unidos continúe cerrando a cal y canto la frontera norte mexicana. 600 millones de dólares para el control de la frontera, que incluye el uso de aviones no tripulados y el envío de 1500 hombres, entre personal aduanero, de inmigración y agentes fronterizos de la Guardia Nacional, para control y patrullaje. (Febrero 2010)
Belice (Cap. Belmopán, entre Guatemala y México) Aviones no tripulados, helicópteros sin tripulación equipados con radares que detectan personas y vhículos.
Barbados: (archipiélago de las Antillas) Misión SPS 2010
Suriname (Cap. Paramaribo, entre Guyana y Guyana Francesa). Intercambio entre médicos militares locales y sus pares de Estados Unidos sobre técnicas en caso de catástrofes naturales.
Haití: 3500 soldados para garantizar el orden y proporcionar ayuda humanitaria, además de participar en tareas de reconstrucción administrativa e institucional. Despliegue de 22.000 personas. Permanecen 500 miembros de la Guardia Nacional que participan de la misión “Nuevos Horizontes”.
Nueva estrategia bélica
Los grandes escenarios de guerra, que implicaban el acantonamiento de tropas en amplias bases militares, como en la Segunda Guerra mundial o durante la Guerra Fría, son ahora infrecuentes. Hoy en día, a pesar de participar en dos conflictos bélicos como el de Irak –País del que Washington se ha retirado en agosto pasado, aunque manteniendo una fuerza “mínima” de 50 000 uniformados- y el de Afganistán-convertido en un agujero negro que se esá tragando hombres y recursos- para Estados Unidos es cada vez menos necesario mantener estacionado un gran contingente de soldados. Los protagonistas de esta nueva era militar, en efecto, devienen las fuerzas aéreas y navales.
Para prevenir conflictos, realizar acciones de disuasión, hacer frente a las amenazas emergentes y ganar las guerras –los principales objetivos militares de Estados Unidos- la nueva estrategia apunta a la extensión de una red no solamente operativa, sino y sobre todo de inteligencia.(1) Sus nodos se ubican en el interior de corredores de seguridad interrelacionados e intercambiables, que conectan a Estados Unidos con los teatros de conflicto desde lugares geográficos a veces insignificantes, tales como pequeñas y desoladas islas en medio del océano.
Para dar operatividad a la red, el Departamento de Defensa ha dividido el planeta en seis sectores de interés vital, a los que corresponden seis Comandos de Ataque: USNORTHCOM (Comando Norte, con sede en Colorado); USSOUTHCOM (Comando Sur, en Florida); USEUCOM (Comando Europeo, en Alemania), USPACOM (Comando del Pacífico, en Hawai); USCENTCOM (Comando para Medio Oriente y Asia Central, en Florida) y USAFRICOM (Comando África, en Alemania), este último creado por George W. Bush.
Todos ellos cuentan con una serie de bases e instalaciones militares. No todas las instalaciones (unas 1000) en todo el mundo, varias de ellas secretas) son estadounidenses; algunas son de países aliados y socios. Por medio de esas instalaciones dotadas con la última tecnología, se apunta a obtener información en tiempo real, para poder intervenir en un lapso de tiempo lo más breve posible y en una multiplicidad de escenarios.(2) La intervención inmediata es considerada fundamental para prevenir el surgimiento o la expansión y descontrol de un conflicto.
En este esquema, las áreas están conectadas entre sí. De ahí la especial importancia otorgada por Estados Unidos al convenio con Colombia sobre las siete nuevas bases, de las cuales la de Palanquero tiene un papel protagonista, por sus características técnicas y su ubicación. Desde esa base aérea se puede organizar un control no solamente continental, sino extracontinental. Los aviones C-17 que operan desde Palanquero tienen autonomía de vuelo suficiente para llegar a la isla Ascensión –en manos británicas frente a la cosa africana- haciendo del Comando Sur un soporte del Comando África.
Estados Unidos trató de conseguir una base más cercana al Océano Atlántico. Las seleccionadas fueron una en la Guyana francesa, la otra en Recife, Brasil, que por su cercanía con el continente africano resultaba la más conveniente. Pero las autoridades brasileñas se negaron a permitir la utilización de sus bases.
(1) Departamento de Defensa de Estados Unidos, Quadrennial Defense Review Report, Febrero de 2010 (www.defense.gov/qdr) (2) “White paper Air Mobility Command. Global en Route Strategy (www.heise.de)
Por Adriana Rossi, extraído de LE MONDE diplomatique en español, octubre de 2010